Beatriz Lorenzo - csr&intelligence
Conforman un amplio porcentaje del tejido empresarial y necesitan, tanto o más que las grandes corporaciones, subirse al carro del crecimiento sostenible para sobrevivir en el nuevo escenario económico tras la crisis. Las pymes han tenido, tradicionalmente, muy poco acceso a las guías, códigos y recomendaciones que florecen desde el panorama institucional a las que, por el contrario, acceden sin reparos las grandes corporaciones. Y es que la mayoría de las pymes sufren gran presión por la maximización del beneficio a corto plazo quizá por no estar presentes en los mercados financieros. Y a pesar de todo, algunas de ellas se desempeñan como empresas socialmente responsables asentando las bases de un buen gobierno corporativo.
La Comisión Europea, en el Libro Verde y en la Comunicación que data ya de Julio de 2002, dedica especial atención al tema de la RSC y el buen gobierno en pymes. El Libro Verde indica que “El aumento de su práctica en las pequeñas y medianas empresas incluidas las microempresas, es fundamental, porque son las que más contribuyen a la economía y la creación de los puestos de trabajo”. En España el Observatorio de RSC ha contribuido en este ámbito mediante la publicación de una Guía para la implantación de la RSC en las pymes, asegurando que “el hecho de retener mejores equipos de trabajo por que estarán orgullosos de trabajar en la empresa, redundará en la productividad y calidad de los productos y servicios que ésta ofrece…además el tener un buen clima laboral influye muy positivamente en la reputación de la empresa, lo cual a su vez se transmite a los clientes”.
Entre las recomendaciones que suelen esgrimirse a la hora de optar por un buen gobierno corporativo en las pequeñas empresas está la de que a medida que la empresa crezca, se pase de un sistema basado en órganos de gobierno informales a la creación de un Consejo de Administración. Asimismo, la recomendación de que en caso de que la empresa nombre consejeros independientes, estos ejerzan de correa de transmisión entre accionistas directivos y accionistas que no lo son, aportando objetividad a decisiones claves, como las relacionadas con el reparto de dividendos. Por último, es fundamental que exista una separación clara de las funciones que ejercen los órganos corporativos y los familiares.
A la hora de integrar la RSC en las pequeñas empresas destaca, como herramienta óptima, la “Guía de Aprendizaje sobre RSE en las PYME”, elaborada por la Fundación Ecología y Desarrollo. A través de esta Guía de Aprendizaje, se intenta ofrecer herramientas prácticas para pequeñas y medianas empresas latinoamericanas con interés en implementar medidas de responsabilidad social y ambiental en sus empresas.
El documento no es la primera guía relativa a las premisas de la RSC relacionadas con la pequeña y mediana empresa. Ya en el año 2005 el observatorio de RSC recogía una serie de pautas. Además, existen varios ejemplos que muestran que la implantación de la RSC en la pequeña y mediana empresa puede llevar al éxito a sus impulsores. Este es el caso de Fresh, pyme sueca quien desde 1995, cuando estuvo al borde de la quiebra, aplica un modelo de participación basado en 5 equipos autogestionados: cada equipo se concentra en una categoría de clientes y planifica su producción, contrata el personal y se marca los objetivos de manera autónoma…Actualmente ocupa un lugar destacado en el mercado de la ventilación gracias al diseño, fabricación y comercialización de innovadores productos respetuosos con la naturaleza.
Por otra parte, Forética publicó en 2013 “30 Reglas de Oro de la RSE para la pyme”, una guía dedicada a ayudar a las pequeñas y medianas empresas (pymes) a incorporar la responsabilidad social empresarial (RSE) en su gestión. A través de un recorrido por 30 reglas sencillas pero técnicamente rigurosas, cualquier pyme va a poder desarrollar un plan de RSE planteándose objetivos e indicadores en el corto, medio y largo plazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario